Este viernes 15-M se cumplen 72 años de la Nakba, palabra que viene a traducirse por catástrofe, la expulsión del pueblo palestino de sus aldeas.
72 años de que comenzase la estrategia de limpieza étnica a través de la violencia y el terror contra el pueblo palestino.
“Un millón de pájaros
Sobre las ramas de mi corazón
Inventan el himno combatiente”
Mahmoud Darwish (1941-2008), poeta palestino.
Este proyecto autodenominado sionista ha expulsado a más de 7.000.000 de palestinos y palestinas y continúa ejerciendo prácticas racistas y contrarias a los #DerechosHumanos como son los asentamientos, el no reconocimiento del derecho al retorno de las personas refugiadas y el apartheid contra quienes siguen resistiendo en el territorio.
Se reclama en este día de aniversario el cumplimiento del derecho al retorno de las personas refugiadas, el fin del #apartheid, el cese de la violencia hacia las personas palestinas, el levantamiento de los asentamientos de colonos, el fin del bloqueo en #Gaza, la libertad de todos los presos políticos palestinos, en definitiva, el reconocimiento de Derechos Humanos que merecen todas las personas, en todas partes y principalmente a quienes les están faltando desde hace ya más de 72 años.
Organizaciones como APDH están proponiendo que en solidaridad con el pueblo palestino,
se hagan fotos con la imagen de la campaña para exigir el cumplimiento de los #DerechosHumanosParaPalestina,
que se envíen poemas,
se va presentar el Informe anual del centro de ddhh de Gaza,
se va a proyectar el documental Existir es Resistir http://existiresresistir.org/ ,
y el CSCA y la Coordinadora asturiana de ONGd van a sacar un pronunciamiento al respecto.
El fin del odio que plantaste
Autor: Yasser Jamil Fayad
¡Fuiste tú!
¡Yo sé que fuiste tú!
Me impediste
De nacer en la casa
De mis antepasados
De robustas piedras
Con viñedo al fondo.
En vez de eso,
Una tienda de la Cruz Roja.
Me robaste la infancia
Yo sé…
Juegos inocentes
En los jardines de la casa de mis
Abuelos paternos en Haifa.
Me usurpaste los desayunos
La mesa abundante de cariño
En la casa de mis abuelos maternos
En Hebrón.
En vez de eso, el hambre
Que nos hacía ver el sol y la luna
Como platos de comida.
¡Fuiste tú!
¡Yo sé que fuiste tú!
Mataste mi adolescencia
Por las calles de Tulkarm.
Tú
me arrancaste
El derecho de vivir
Libre en mi país.
¡De ir a la escuela como todos
Los niños,
de caminar por los mercados,
de conversar con mis amigos!
¡Y a cuántos de ellos
me impediste conocer!
¡Fuiste tú!
Destruiste mi amor
Por la mujer que debería haber conocido…
Aquélla con quien me casaría…
Me robaste la alegría
De tener en Palestina
A mis hijos.
En vez de eso,
¡Tú… Sí, tú!
En los incontables
lugares del exilio a que me lanzaste
de país en país,
de casa en casa,
me negaste el hogar.
¡Fuiste tú!
¡Yo sé que fuiste tú!
Confinaste a mis padres
A vivir en el eterno
Deseo de retornar al pasado
– dulces memorias –
Tiempo libre de su existencia en nuestras tierras.
Asesinaste
A mis hermanos que no nacieron
Por la miseria de los campos de refugiados.
Mataste a los que nacieron y lucharon contra ti.
Tantas veces tú
Quisiste destruirnos
Deseaste nuestro fin,
Nuestro debilitamiento.
A pesar de todo,
Quiero que sepas…
Nuestros corazones van a vencer
el odio que plantaste…
Así,
Al día siguiente
¡Que la Palestina esté libre de ti!